El presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, anunció su decisión de rechazar un decreto aprobado por el Parlamento, con el que se buscaba despenalizar la eutanasia y el suicidio médicamente asistido en el país.
Rebelo de Sousa ha argumentado la existencia de una serie de inconsistencias en los requisitos establecidos en la normativa, de acuerdo a un comunicado oficial.
Según destacó el mandatario, la iniciativa amplía las situaciones en las que se permite la muerte médicamente asistida, al extender esta práctica a pacientes que sufren de una “enfermedad incurable” aunque no sea mortal, así como a los que padecen de una “enfermedad grave”, sin que se estipulen con claridad los parámetros de cada categoría.
Asimismo, cuestionó que “una visión tan radical o drástica” corresponda al “sentimiento dominante en la sociedad portuguesa”.