El ciclismo ya lo tiene claro en un planeta cada vez más globalizado. Hay que internacionalizarse. Lo hace el próximo Giro, que saldrá de Budapest. Es la apuesta del Tour para el 2021, que partirá de Copenhague y es la consigna para la Vuelta 2020, presentada este martes en Madrid, que se inicia en Utrecht y que visitará también Francia, con llegada al Tourmalet, y Portugal, para acercarse hasta Oporto.
“Es la Vuelta más internacional de la historia, con un recorrido cargado de homenajes tanto deportivos como culturales, que sirve para conmemorar la 75ª edición de la prueba, que tiene ocho llegadas en alto, que homenajea al Tourmalet y al mirador de Ézaro, como prototipo de nuestras famosas rampas, y que no se olvida de otras referencias de la carrera como el Angliru asturiano”. Lo cuenta Javier Guillén, director de la prueba.